Recientemente nos hemos enterado de los grandes avances que se están teniendo en la aplicación de la inteligencia artificial a través de una nueva tecnología con la cual podemos hacer hasta nuestras propias obras de arte. Además, vemos desaparecer paulatinamente el dinero físico de las transacciones cotidianas por medio de tarjetas electrónicas para pagar.

La disponibilidad de estos procesos los hace accesibles hoy día a casi todas las organizaciones públicas o privadas que deseen dar un paso adelante en el control de sus operaciones y servir con más transparencia y eficiencia a sus usuarios.

Es lamentable que en un municipio como el de Quetzaltenango, la segunda ciudad en importancia económica e histórica del país se continúe gestionando los servicios públicos con procesos no acordes al crecimiento de la población y mucho menos en consonancia con lo valioso que es el tiempo para los vecinos.

Es importante reflexionar sobre nuevos rumbos para la gestión pública local en muchas áreas, la tramitología, el control interno, la empatía de los servidores públicos con los vecinos y en general, mejorar los sistemas de planificación y evaluación porque estamos hablando de la gestión de la cosa pública que, aunque sea metafóricamente hablando, nos pertenece a todos los ciudadanos.